
ya está, se terminó. caminaste, te cansaste y llegaste. estas ahí, cruzando la puerta, recordando cada instante cada minuto cada momento que caminaste. llegando siempre a la misma conclusión: no te cansaste tanto, no te hartaste tanto, no odiaste nada como para irte. queres quedarte, lo gritas, lo lloras, lo sentis, lo vivis. es el deseo máximo: quedarte. poder volver a disfrutar cada risa y cada sensación. pero sabes (todos lo saben aunque nada quiera decirlo) que las repeticiones no son nunca lo mismo, que como dijo borges el agua del río nunca es la misma y que sólo tenemos nuestro recuerdo. ese fantástico, mágico y único recuerdo.