jueves, 18 de septiembre de 2008

panchiyu

fue raro, eso seguro. sentirte en casa porque si, estabas en tu casa pero no, no estabas en tu casa. escuchar el canto de los pajaritos, los mismos que escuchabas antes. comer las ciruelas más ricas, como las que comías antes. saber que eso ya no es tuyo, que no son tus pajaritos, ni tus ciruelas. el silencio de la tarde con el ruido de la familia después del asado. una familia feliz, capaz era eso lo que nos diferenciaba. o capaz no, capaz nosotros también éramos felices, pero nadie lo sabía, no sabían como utilizarlo. fue hermoso, la verdad que sí. porque los muebles no estaban en el mismo lugar, pero el botiquin de las bombitas si. ahí jugabamos las más largas y divertidas guerras de agua para después terminar tirandonos todos en la pileta. yo extraño las ciruelas y el sauce "panchiyu". pero como le dije hace muy poco a un amigo las vueltas de la vida nos hacen cambiar nuestros rumbos sin que nadie tenga la culpa, pero dejándonos el mejor recuerdo. y ese es mi recuerdo. el que hoy, por un ratito no fue más recuerdo, sino una pura vivencia. y eso de vivir de nuevo los viejos recuerdos, eso es lo raro, pero lo más lindo que me pasó en años.

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